Uno se despide de lo de atrás, en un punto retrospectivo nos transportamos. Por esto uno se vuelve vulnerable - no más - sin ningún motivo mostrar las vísceras, pero todo alrededor muestra algo infatigablemente. Es tiempo de perder. Lo perdido volverá día tras día como recuerdo, el tiempo fluye pero forma parte del sistema nervioso.
Perder.
Tal vez la resignación en ojos ajenos es signo de humillación - es cierto - no renacer, no cenizas. Es tiempo de perder.